Dentro de los símbolos y leyendas del país, sobre todo en la zona norte, en Euskal Herria, se encuentra la Eguzkilore o flor del sol. Es en sí misma un símbolo creado con la flor seca del cardo silvestre “Carlina acanthifolia”. Símbolo tradicional que se coloca en la puerta de entrada de caseríos y casas como representación del sol durante la noche y que cuida y protege el hogar. El Eguzkilore según la leyenda, ahuyenta a los malos espíritus y energías, impide la entrada a brujas y genios maliciosos, y preserva la salud física, emocional y espiritual de aquellos que habitan el hogar.
Cuenta la historia que siglos atrás durante el reinado de Carlo Magno hubo una fuerte epidemia de peste en España que fue erradicada consumiendo la raíz de Eguzkilore, de propiedades antibióticas y que entre otras cosas sirve también para el resfriado. De esta historia recibe el Eguzkilore su nombre “Carlina“, por el monarca Carlo Magno que reinaba entonces.
La “Carlina acanthifolia” es la Eguzkilore, es símbolo y leyenda. En España se la conoce con cantidad de nombres, como por ejemplo, en castellano ‘ajonjera’, ‘angelica – carlina’, ‘camaleón’, ‘canduncho’, ‘carasol’, ‘cardabela’, ‘cardina’, ‘cardineta’, ‘cardito’, ‘cardo ajonjero’, ‘cardo ajonjero blanco’, ‘cardo de San Pelegrín’, ‘cardo dorado’, ‘cardonerita’, ‘cardonerito’, ‘cardo rizado’, ‘cardullo’, ‘carlina’, ‘carlina angélica’, ‘carnunquera’, ‘peine’… en catalán ‘cardiguera’, ‘carlina’… y en euskera, en nuestra tierra, ‘eguzkilore’, ‘astalarr’, ‘basalarr’, ‘kardalora’.
La Eguzkilore es natural de Europa central y Pirineos, creciendo principalmente en laderas soleadas de montaña. A día de hoy es una flor protegida, ya que los fuertes cambios de clima que estamos viviendo inciden directamente en su proceso de desarrollo dificultando el florecimiento y propagación de semilla.
Esta planta bienal (desde su siembra hasta que sale la flor pasan al menos dos años) es perenne de tallo rígido y reducido. Crece casi pegada al suelo y brota airada, alocada y desordenada con hojas espinosas anchas y carnosas, como un cardo. Una vez sale la flor su armonía y simetría son espectaculares. La cabeza de la flor se encuentra en el centro de la roseta. Antes de florecer por completo, la cabeza de la flor está protegida por un armazón de espinas. Inspirados en el diseño natural de estas espinas en Maghú hemos elaborado nuestra Joya “espina de Eguzkilore”. La flor Eguzkilore tiene la rara característica de no marchitarse, y es que tras su secado mantiene toda su belleza.
A ella se le atribuyen propiedades como su aceite esencial, destilado de la raíz, con un olor muy especial y agradable que contiene flavonoides y sustancias antibióticas. Este aceite esencial se utiliza en el tratamiento de eccemas y acné, y para el cuidado de la piel, y con él elaboramos en Maghú nuestras Cremas de Eguzkilore
Esta flor es algo realmente especial, por su naturaleza, por sus propiedades, por su historia, por su tradición, y desde Maghú tenemos la ilusión de extender su magia, fuerza y poder a todas las personas.
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